Camacho: “Ocho veces me ofrecieron libertad, a cambio de negociar”

Ante una nueva imputación por el caso notaría, el gobernador electo de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho que se encuentra detenido en la cárcel de Chonchocoro en la ciudad de La Paz, afirmó que con los regímenes dictatoriales no se transa y reveló que en ocho ocasiones le ofrecieron dejarlo libre a cambio de negociar. Incluso dijo que un ministro lo visitó en Chonchocoro.

“Son ocho veces que me han ofrecido libertad a cambio de que negocie. Incluso enviaron a un ministro hasta mi celda a proponerme acuerdos que nunca lograrán porque tengo clara la consciencia de que estoy preso por defender una causa que nos importa a todos”, escribió en sus redes sociales.

PUBLICACIÓN DE CAMACHO EN SUS REDES

El gobierno de Luis Arce ha forzado una imputación más en mi contra, en un juicio que no tiene pies ni cabeza. Y valga la oportunidad para enviar este pronunciamiento a los cruceños y bolivianos, en momentos en que nuestro país enfrenta una grave crisis política y económica.

En anteriores oportunidades dijimos que las dictaduras, cuando se acercan a su fin, se vuelven más violentas. El gobierno de Luis Arce camina hacia su final, ahogado en la corrupción y el desgobierno. Moralmente, ya el gobierno de Arce ha perdido todo, es una vergüenza para los bolivianos y para el mundo. Un presidente, con miedo y sin rumbo, que solo atina a pedir más créditos para seguir adelante unos meses más.

En lo que a mí respecta, desde que decidimos enfrentar el fraude el 2019, supe que había que pagar un alto precio por defender la democracia; tuve claro que el paso por la cárcel sería parte de mi camino, y no porque haya cometido algún delito, sino porque la cárcel o la muerte es el destino de todo aquel que está dispuesto a luchar contra una dictadura hasta las últimas consecuencias.

No soy el único, hay muchos otros bolivianos también perseguidos y presos, pero sé que hay un ensañamiento conmigo por representar a Santa Cruz, la región que no solo es el motor de la economía, sino también un bastión de la resistencia democrática. Y estamos obligados y comprometidos con la historia a seguir defendiendo a Bolivia y la democracia.

Pero lo asumí con valor, porque tengo un compromiso con Dios, con mi familia, con mi pueblo y conmigo mismo, de nunca abandonar esta lucha hasta que el MAS y su dictadura se vayan del poder, y dejen de hacer tanto daño a las familias bolivianas.

Sabiendo que me iban a encarcelar no huí, menos voy a huir ahora a mi destino, así sea el más duro. Yo decidí seguir el camino de esta lucha y asumo las consecuencias de mi decisión, por eso es que nunca me verán huir ni negociar con el MAS, porque la lucha contra una dictadura no permite actos de cobardía ni negociaciones en desmedro del pueblo; la lucha contra una dictadura no permite posiciones neutrales, no permite pararse en el centro; cuando se vive en una dictadura solo hay lugar para dos posiciones, o estás a favor de la dictadura o la combatís, y las medias tintas son parte de estar a favor de una dictadura.

Así me llenen de imputaciones para tratar de doblegarme, nunca lo van a conseguir. Que sepan el presidente Arce y el MAS que si creen que con juicios me van a quebrar, o que yo involucre a otros cruceños en los procesos amañados que me siguen, o que me venda, no lo van a lograr. Yo no peleo solo, yo tengo un Dios que pelea conmigo, y un pueblo entero que está resistiendo conmigo.

El régimen de Luis Arce sigue buscando el modo de doblegarme y no lo conseguirá. Ni encerrándome las veinticuatro horas del día en mi celda, ni cortándome constantemente el acceso al agua, ni negándome las visitas de los representantes de las fundaciones internacionales de Derechos Humanos, van a lograr quebrarme. Son ocho veces que me han ofrecido libertad a cambio de que negocie. Incluso enviaron a un ministro hasta mi celda a proponerme acuerdos que nunca lograrán porque tengo clara la consciencia de que estoy preso por defender una causa que nos importa a todos, mi fe en Dios y el amor por mi pueblo me dan la fuerza para resistir.

Tengo bien claro que con las dictaduras no se acuerda ni se transa, la libertad de un preso político no depende de la justicia vendida, sino de las energías con las que un pueblo resiste al poder autoritario. Aun cuando amenacen y persigan a mi familia, aun cuando sigan sumando juicios, nunca tendrán nada de mí. Vengo del auténtico civismo cruceño y no me vendo ni pacto con mis carceleros.

Como reflexión final quiero decirles a los bolivianos y cruceños que no debemos dejarnos arrastrar por el miedo a la crisis ni a la mano dura de la dictadura masista. Igual que pasó con la UDP, esta crisis no acabará con Bolivia, pero sí acabará con la gran mentira del populismo masista y su odio irracional a las regiones y al sistema democrático. Nunca tuvieron un plan para Bolivia, lo único que hicieron fue malgastar la plata del gas y llenarse los bolsillos con la corrupción.

Ya estamos en el tramo final de esta dictadura, han empezado a sonar las campanas de la libertad!!!

¡Que Dios bendiga a Bolivia!

Luís Fernando Camacho Vaca

Gobernador de Santa Cruz

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